lunes, 31 de enero de 2011

Metafísica

A Ángela Fernanda


El alma,
refundida,
inmaterial,
se manifiesta de manera liquida,
en una lágrima que rueda
por tu mejilla.

viernes, 21 de enero de 2011

Eucaristías paganas

Lo FW son la nueva eucaristía, cómoda y barata, que circula por internet. Se difunde por facilitación de señoras beatas que aspiran a la santidad mientras brisean sus piernas con un abanico para sofocar el calor que rebrota entre sus piernas que las tienta a los abismos gozosos del infierno en los límites cronológicos de la menopausia. Por supuesto, tiene que sobrarles el tiempo para examinarlos, hacer un guiño de una inteligencia recién estrenada que se conmueve con al musiquita de fondo y la filosofía barata que reparten estas presentaciones en Power Point, que de manera odiosa, reiteran en la necesidad de re enviarlos para propalar el mal hasta los últimos confines de la Red so pena de castigo y señalamiento de actitud mezquina.

Me llega uno, por ejemplo, de Producciones Rakimchile, Canadá, cuyo eslogan es “Sirope de Savia de Arce la Miel de la Vida” con una muestra fotográfica de Gregory Colbert y textos de un tal Joseph Newton que me habla del Principio de Vacío. Y digo que es un tal porque tampoco existe ni aparece en ninguna biografía seria en Internet ni en ninguna parte donde lo he buscado. Seguro es un sabio de ocasión para encantar idiotas, o es rezago de la operación de la maquinaria creativa de Borges, quien creaba autores y libros que no existían.

En fin lo que me dice, o me pregunta, es ¿si tengo el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos y demás? Mejor dicho, todo lo que de manera esencial y profunda soy. Mi norte, mi sur y toda mi estrella de navegación. Al principio acallo mi consciencia porque la cosa me deja como mal. Y nuevamente me dice el FW: “¡Eso jamás lo hagas! ¡Va contra tu prosperidad!” Sigue las musiquita y la fotografía descrestante y me hace acordar de la imaginería eclesiástica con fines de adoctrinamiento de vírgenes orgásmicas y hombres en ropa interior sangrantes y crucificados.


domingo, 16 de enero de 2011

El Western

De la Constitución de 1863, que Víctor Hugo calificó para ángeles, de la Constitución de 1886 de Nuñez, centralista y confesional para garantizar la unión y el catolicismo, y de la de 1991, que garantizó el estado social de derecho, mas sus leyes y demás jurisprudencia, va surgiendo el “Colombian Western” donde están al día los anuncios de recompensa y se busca para perseguir criminales que hacen prevalecer en nuestra banana republic la ley la pistola más rápida y la economía de la pepitas de oro. ¿Falta algo más para la película de pistoleros del salvaje oeste de inocultable influencia norteamericana?


viernes, 14 de enero de 2011

Evolución

Cómo un pájaro, descendiente a de los extintos dinosaurios,
Aprendió a cantar al lado de una fuente,
Sobre la rama de un árbol florecido,
Acrisolados trinos que parecen describir el paisaje que le rodea.

El Piélago

Leo a Foucault, "Las palabras y las cosas". Pero para entenderlo, dadas la reiteradas alusiones debo leer antes a Descartes, y revisar a Condorcet, Condillac y Destuft. Algo de Buffon y de Bacon y de sus libros también se requiere. Por supuesto, partir de la teoría básica de Platón y Aristóteles para comprender el sentido de la antiguas y nuevas epistemés. Cierro el libro del que pretendí abusar y caigo en el piélago del Génesis, contemplando el árbol del bien, del mal y del saber.

viernes, 7 de enero de 2011

¿Por qué mataron a Cuchillo si era tan buen muchacho?

¿Se puede destruir la eticidad propia de un pueblo para crear una sociedad sin ética?, se pregunta Rodolfo Kusch. Había respondido antes Manuel González Prada: “Le conservamos en la ignorancia y la servidumbre, le envilecemos en el cuartel, le embrutecemos con el alcohol”, lo cual traduciría: Iglesia, milicia y trago.

Bautizado en la pira bautismal por el Santos de moda como “el asesino de asesinos” escamoteándole el mote que tenía de “Cuchillo”, del cual se había hecho adjudicatario por matar a sangre fría mediante el degüello de sus víctimas, este hijo legitimo de la católica sociedad colombiana se había formado en la milicia regular de país, o sea, el Ejército. Era sindicado por las autoridades de la responsabilidad de unas 3.000 muertes –su amigo y antiguo jefe Jorge Pirata que reside en la Modelo precisó la cifra en 1.500, cifra modesta pero de vinculación directa- y responsable de una 10.000 desplazados.

En su huida, tuvo responsabilidad etilica el wishky Chivas 20 años que lo sumergió en el caño Siare con su pistola de cachas de oro con incrustaciones de diamante, en inmediaciones de los Departamentos del Meta y el Guaviare, corroborando el principio filosófico del maestro Hair Leal de que “el que a hierro mata a hierro muere pero puede resultar ahogado".

jueves, 6 de enero de 2011

“De esta vida nadie sale bien librado”*

Murió Mercedes. Es la primera persona que conozco que se muere así, de una manera tan fulminante. Bueno, “fulminante” sería suficiente, el “tan” viene a sobrar frente a este adjetivo tan cortante y rotundo, que apenas deja como la humareda en la boquilla de una pistola. Escasamente hace unos quince días supe que estaba enferma y que Oscar, su esposo, la había llevado al Seguro por un malestar crónico. Quince días atrás el médico que la revisó la envió para la casa con la receta de un laxante porque manifestó sensación de congestión estomacal. ¡Cómo le pararían de bolas ante una dolencia mortal!

Pero unos días después de nuevo se sintió mal y Oscar tuvo que traerla de urgencia. Su estómago había crecido y no podía comer casi nada. Empezaron a hacerle exámenes con más cuidado y los médicos que la trataban se abstuvieron de emitir algún diagnóstico hasta no obtener los resultados de los exámenes.

Mi hija que es médica y había venido el fin de semana a saludarnos, supo del estado de salud de Mercedes y fue a visitarla hasta Buenavista, una vereda cerca a la ciudad, que queda arañando la cordillera a unos 1.100 metros sobre el nivel de mar. Se trataba de una visita social, sobre todo. Sin embargo cuando regresó a la casa venía impresionada: “Papá, creo que ya sabemos lo que tiene Mercedes: es un cáncer de hígado y, si se confirma, contra eso no hay nada qué hacer”.

Días después seguí obteniendo noticias esporádicas de su salud. Los médicos no hacían un diagnóstico claro pero se especulaba de un cáncer en el páncreas. Practicaron una biopsia y la enviaron a Bogotá y quedaron pendientes. Una técnica de dilación. A Oscar se le achicaba el corazón escuchando las noticias escuetas de los médicos y empezó a temer lo peor. Su familia se reducía a Mercedes, Laura, su hija –a quien vi crecer en el vecindario mientras vivimos en Buenavista- y él. Un gigantón de un metro con ochenta, barbado pero que pese a su apariencia, era un hombre bastante tranquilo y pacífico que vivía en torno a Mercedes quien, en los últimos años en que los cercó la angustia económica, mostró más entereza y energía que él.

Cuando los conocí a los dos eran dos personas muy diferentes. De alguna forma, la fortuna les sonreía y tenían más o menos todo lo necesario. Vivían con modestia en una casita de cuentos infantiles, la mayoría de ella hecha en madera. Siempre tuvo una aviso de “Se Vende” por no sé qué capricho de Oscar, que sin embargo nunca la vendía. Habían vivido en Buenavista como se dice toda la vida y en el fondo dudábamos que se irían algún día. No divertíamos los fines de semana, tomábamos en torno a fogatas y nos reíamos mucho. Mercedes tenía una risa especial, si no es que siempre se nos ocurre eso de las personas que fallecen. Se reía fácil de las cosas simples y era una persona muy calmada. Nunca que recuerde la vi molesta. A veces un poco concentrada, en los últimos años, cuando pasaba por la casa en compañía de Laura. Oscar, por problemas de nervios, a raíz de su afición a la bebida, había vendido un campero que manejaba y desde entonces su economía se vino a pique.

Entonces Mercedes se había dedicado a hacer pequeñas costuras en su casa, trabajó en una despulpadora de fruta, peluqueaba a los vecinos y quizás, por la misma situación dura por la que pasaban, se acercó mucho a la iglesia en la vereda pero no se quejaba. Era estoica.

Esta mañana vino mi suegro, después de un largo fin de semana esperando los resultados de la biopsia. Me dijo que venía de la clínica y que Mercedes había acabado de morir. Caímos en el silencio.

Lo que me pregunto es si Mercedes se murió por la enfermedad o por la miseria en la que estuvieron viviendo. Primero porque tal vez no tuvo la atención médica necesaria. Y segundo, porque acercarse uno tanto a la iglesia pero perder fe y las ganas de vivir es muy mala señal y muy mal síntoma para conservar la vida.

Oscar se demolerá y quién sabe cómo va a sobrevivir a este golpe. Como decía la escritora Dorothy Parker, “Que se sepa, de esta vida nadie sale bien librado”


Escritora y Dramaturga Dorothy Parker