A los atractivos de caminar en medio de una calle, contemplando el paisaje, las vitrinas y la gente que pasa, su suma los de obsevar de vez en cuando una cara bonita, una figura ligera y graciosa de una mujer al otro lado de la acera. Pero justo en el momento que usted de la detecta y se detiene para verla en detalle, aparece un despistado y desgarbado transeunte que se ubica justo entre la bella y fugaz aparición y usted, que intenta mirarla.
El fulano soñoliento se rasca la cabeza, mira para todos lados y no se decide a avanzar o restroceder, simplemente permanece ahí, como un gran idiota para desazón e incomodidad nuestra. Y justo cuando al fin se mueve, comprobamos que la mujer se ha esfumado para siempre, como una estrella fugaz.
¿No le ha pasado?
BITÁCORA RIVERIANA (3). La edición crítica de La Vorágine (3)
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Edición crítica 1974
Luis Carlos Herrera, S. J.
BITÁCORA RIVERIANA (3)
*La edición crítica de La Vorágine*
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