Bridny es pequeñita.
Tiene el tamaño
de una porcelana y el cabello negro y oscuro
suspendido en olas.
Me trata, en general,
como todas las mujeres
me han tratado,
con una cercana y medida indiferencia.
Justo para que no deje de fijarme en ella.
Siempre que adivina mis pasos
se anticipa en mi camino y se para a la orilla
a contemplar la vida, casi ensimismada.
La llamo por su nombre: “!Bridny! ¡Bridny” y no contesta.
Da media vuelta y desaparece, pendiente de la próxima
vez que yo deambule por ahí,
como Oliveira adivinando a la Maga.
BITÁCORA RIVERIANA (3). La edición crítica de La Vorágine (3)
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Edición crítica 1974
Luis Carlos Herrera, S. J.
BITÁCORA RIVERIANA (3)
*La edición crítica de La Vorágine*
Isaías Peña Gutiérrez
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